Los abogados a menudo utilizan recursos personales o «trucos» para interrogar a los testigos de la contraparte, en este artículo compartimos 9 de estos trucos que te serán de mucha utilidad.
Estos recursos personales que los abogados usan, son también el producto de una experiencia acumulada a lo largo de los años, de la prueba y el error y también de la observación.
Cada profesional los adapta a su personalidad, pero en todos los casos lo que se pretende es desacreditar al testigo o al perito ante el tribunal, en especial cuando se ejerce de abogado defensor y se procede a interrogar a la parte contraria.
Existen 9 trucos esenciales que a continuación conocerás:
1. Pronunciar mal o confundir el nombre o el apellido del testigo varias veces para ponerlo nervioso, si el interrogado no lo corrige desde el comienzo y lo permite se traduce en una pérdida de credibilidad ante el tribunal por debilidad de carácter.
2. Malinterpretar deliberadamente el testimonio prestado en fase de instrucción para hacer que el testigo o perito le dé la razón.
3. Interrumpir al testigo o al perito cuando está contestando una pregunta haciéndole otra pregunta. Esto provoca tensión en el interpelado, que suele, en algunos casos, dar respuestas evasivas, especular o “meterse en jardines” de los que es difícil salir, hablando más de la cuenta.
4. Pedirle que haga dos cosas a la vez, como dibujar un esquema de algo y responder a una pregunta al mismo tiempo, con el mismo fin de ponerle nervioso o confundirlo.
5. Contradecir al testigo diciéndole que otro testigo anterior ha dicho lo contrario -y no ha sido así- para, a continuación, apremiarle a que se explique. Normalmente todo ocurre con tal rapidez que el presidente del tribunal no lo corrige.
6. Poner en tela de juicio su experiencia o su credibilidad llamando la atención sobre algún caso anterior en el que se hubiera fracasado estrepitosamente para desacreditarlo.
7. Que el abogado haga una afirmación que no es una pregunta y entonces espere un segundo o dos a conocer la respuesta del testigo o perito.
8. Utilizar palabras que el testigo o perito puede no entender con el fin de ponerle en una situación embarazosa.
9. Decirle al testigo o perito que, “de acuerdo con la documentación que tengo aquí”, hacer que se lee un par de líneas y “arrancarse con el no es cierto que…”. Normalmente el testigo o perito cree que lo que está leyendo el abogado es un documento contrastado y se arranca a contestar, cuando el documento puede, incluso, no existir.