¿Cómo ser Abogado Penalista?

  • 13 Ago, 2020
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Si estás estudiando Derecho o ya te has graduado y te interesa especializarte en Derecho Penal, te explicamos cómo ser abogado penalista.

Ten en cuenta que este artículo sólo quiere mostrarte algunas características básicas, consejos y ciertos requisitos que podrías tener en cuenta para convertirte en un abogado penalista.

¿Qué es un abogado penalista?

Un abogado penalista es aquel que se ha especializado en Derecho Penal, es decir, la rama jurídica que regula toda clase de delitos y sus penas y establece las normas que rigen el procedimiento legal por el que se puede reclamar la reparación de los daños causados por la comisión de esos delitos.

Así, un abogado penalista desarrollará su labor ante los juzgados y tribunales de lo penal, que son aquellos que tienen jurisdicción para investigar y tramitar un proceso de esta índole.

Como especialista en la materia, un abogado penalista será capaz de asesorar a sus clientes para iniciar un proceso penal contra un particular, empresa u organismo público tras la comisión de un delito, o para definir la estrategia de defensa en caso de que un ciudadano o una persona jurídica sea citado por parte de un cuerpo policial o se vea inmerso en un procedimiento penal.

Cuáles son las funciones del abogado penalista

Cuando pensamos en un abogado penalista nos viene a la cabeza la cárcel y los juzgados, sin embargo, sus funciones no tienen por qué comenzar cuando ya existe un delito (o supuesto delito), sino que comienzan asesorando a los clientes (ya sean personas físicas o jurídicas) en la prevención de los delitos de “cuello blanco (en operaciones privadas de inversiones patrimoniales, movimientos de capital, blanqueo de capitales…) prevención en delitos económicos (a la hora de redactar un contrato), prevención de riesgos en las diferentes operaciones o transacciones económicas que vayan a realizar… , implementando y creando y procedimientos que eviten que los clientes cometan un delito, o incluso en el caso de personas jurídicas que lleven a la absolución o menos pena de estas por tener métodos internos para evitar esa comisión del delito.

Es cierto, que una vez cometido el delito entraría en acción la función más “común” del abogado penalista procesal (ya sea defendiendo o acusando) y deberá intervenir en los diferentes pasos del proceso, que comenzarán, siendo el abogado del acusado, prestando asistencia en la comisaría/dependencias judiciales, y definiendo la estrategia de defensa de su cliente, ya sea para lograr la completa absolución, o bien, en algunos casos conseguir la pena más favorable posible; y, desde el punto de vista de la acusación podrá iniciar procesos penales, no solo contra grandes corporaciones, sino también contra particulares, e incluso contra organismos públicos sobre los que existe sospecha de haber cometido alguna infracción o ilegalidad (siempre que estén tipificadas dentro del Código Penal).

Asegurándose en todo momento que no se vulnera ningún derecho a lo largo del proceso.

¿Dónde trabajar?

Un abogado penalista podrá dedicarse al “procesal penal” lo cual implica que parte de su trabajo se desarrolla en el juzgado, si bien también precisará trabajo de despacho para la preparación de los casos, redactar los escritos, buscar jurisprudencia.

También puede dedicarse al asesoramiento, sin que llegue a tenerse contacto alguno con el proceso penal. En este caso su labor se centrará en evitar que llegue el proceso, ayudando a tomar medidas e implantar procedimientos para evitar que se cometan infracciones o delitos.

La profesión de abogado penalista puede plantearse como ejercicio privado con despacho propio, formando parte de un despacho de abogados, o bien trabajando en una empresa, una asesoría.

Consejos para ser un buen abogado penalista

Al igual que para ejercer como abogado especialista en otras ramas del Derecho, el abogado penalista debe contar con motivación y vocación de servicio público. Además de estos requisitos básicos para todo buen abogado, un penalista ha de ser un profesional con una gran formación y responsabilidad.

También debe contar con excelentes dotes de comunicación, comprensión y lógica para resolver los conflictos que surjan en cada caso y trasladar la información más completa y detallada posible a sus clientes.

Los abogados penalistas abordarán en su día a día casos que harán referencia a delitos contra el patrimonio (robos, hurtos, estafas, etc.), contra las personas y la vida (lesiones, homicidio, asesinato, etc.), de índole económica (blanqueo de dinero, fiscales, societarios) o contra la Administración pública, por poner algunos ejemplos.

Por esa razón, la mejor forma de desempeñar su función es ser un especialista en la materia a la que se dedique.

Así, más allá de los estudios obligatorios para poder ejercer como abogado (el Grado en Derecho y el Máster en el Ejercicio de la Abogacía), será importante la especialización en Derecho Penal a través de un máster y cursos complementarios centrados en aspectos de esta rama jurídica.

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