Un ciudadano estadounidense de 42 años denunció a sus padres por deshacerse de su colección de videos y revistas pornográficas valorizada en 29 mil dólares.
En el 2016, David Werking se mudó con sus padres, Beth y Paul, luego de lidiar con un divorcio que lo arruinó económicamente. Con él, llevó 12 cajas de material exclusivo para adultos y cuyo contenido era desconocido para sus progenitores.
Cuando David consiguió un empleo a Indiana, dejó las cajas esperando poder recuperarlas con el tiempo. Lo que no esperaba era que sus padres las revisaran y procedieron a eliminar los productos pornográficos.
La indignación por este hecho llevó al hijo a los tribunales, donde el juez Paul Maloney reconoció los daños cometidos contra la propiedad de David. Durante el proceso, se revisaron diferentes correos electrónicos enviados por los padres, donde afirmaban que «lo hacían por la salud mental de su hijo» y donde comparaban la pornografía con drogas.
Maloney determinó que «no hay dudas del daño causado a su hijo y esto afectó su derecho de propiedad», determinando que las partes tienen hasta mediados de febrero para presentar las peticiones escritas sobre los daños y llegar a una conciliación.
La abogada de los padres, identificada como Anne Marie Vanderbroek, señaló que se está realizando una lista detallada del contenido destruido para ser recuperado con nuevas copias o con el equivalente económico, aunque se mostró reacia a dar más detalles específicos sobre la pornografía en cuestión.