Las 10 estafas más grandes de la historia que llegaron a los tribunales

  • 30 May, 2019
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estafas más grandes de la historia

Hoy veremos una recopilación de estafas curiosas que superaron la ficción. En esta lista de las estafas más grandes de la historia, veremos algunas que son simplemente difíciles de creer.

 

Como siempre se dice, «La realidad supera la ficción», hoy comprobaremos esta frase con nuestra pequeña recopilación de estafas curiosas e inverosímiles.

 

 

1. La venta de la Torre Eiffel

 

Victor Lustig se hizo famoso por haber vendido el monumento parisino; aprovechó que los medios publicaron los problemas de mantenimiento que el monumento tenía y este personaje se hizo pasar por un funcionario que debía vender toda la chatarra de la Torre Eiffel. Buscó a posibles interesados, juntó adelantos (y sobornos) y después se desapareció.

 

2. El maratonista-móvil

 

En 1904, durante los Juegos Olímpicos de Saint Louis, E.U., Frederik Lorz fue un corredor de ese país que participó en el maratón. Él fue el primero en cruzar la meta; sin embargo, su artimaña fue descubierta: corrió los primeros 12 kilómetros, pero luego se subió al coche de su entrenador y se bajó cerca de la meta para proclamarse el ganador.

 

3. El “capitán” Köpenick

 

En octubre de 1906, el zapatero alemán de 56 años, Wilhelm Voigt, se compró un viejo uniforme de capitán y reclutó a un pelotón en Köpenick, para conformar su nueva identidad, la de un militar de Prusia.

 

Voight se dirigió a Berlín y ordenó la detención del alcalde y del tesorero municipal. Se dictó una orden de sentencia de cuatro años de prisión para el suplantador, aunque posteriormente fue indultado y sólo fueron dos años de cárcel.

 

 

4. El hombre de las ocho personalidades

 

Su caso fue retomado en el cine por el mismísmo Steven Spielberg en la película “Atrápame si puedes”. Frank Abagnale suplantó ocho veces su identidad y cambió cheques falsos por 2.5 millones de dólares. Hoy en día (irónicamente) dirige una compañía financiera de consultas por fraudes.

 

5. La estafa Ponzi

 

Carlo Ponzi fue un timador que inventó el método de la “estafa piramidal”, la que consiste en buscar inversores que convenzan a más inversores y así, y así y así… (¿les suena familiar?). Aquí, la inversión de los últimos, es la ganancia de los primeros.

 

Él creó la empresa Securities Exchange Company, con la que prometía intereses del 50% en 90 días: una oferta a la que pequeños y grandes inversionistas no pudieron resistir.

 

6. El muerto viviente

 

Ferdinand Demara, un hombre estadounidense, fingió su suicidio varias veces, todo para suplantar la identidad de sus excompañeros de la Armada de los Estados Unidos. Se le conoció como “El gran impostor” y el engaño más grande que hizo fue hacerse pasar por un cirujano.

 

7. El “hijo” de Sydney Poitier

 

David Hampton decidió que él sería el retoño del actor Sydney Poitier y eso para entrar en la famosa disco Studio 54 de Nueva York. Siguió engañando a muchas personas de la elite de Hollywood como Melanie Grifith o Calvin Klein para poder vivir en sus casas y pedirles dinero prestado.

 

8. Los 50 millones de Bernard Madoff

 

En la década de 1960, este señor creó un fondo de inversión libre que estuvo activo durante 20 años. Mediante el método de la “estafa piramidal” se llevó a la bolsa ¡500 millones de dólares! Tiempo después se descubrió la trampa y a Madoff fue condenado, en 2009, a 150 años de prisión.

 

9. Negocios turbios

 

En 1995, Nick Leeson, provocó la quiebra del Banco Barings, una financiera británica que tenía como clientes a la Reina de Inglaterra o Napoleón III.

 

Leeson hacía ver que invertía por otros, pero en realidad usaba el dinero de Barings. Cuando los negocios empezaron a fallar, Nick abrió una cuenta secreta, la 88888, para recuperar el dinero perdido con nuevas operaciones (el método Gordillo). Su historia fue llevada al cine en “Rogue Trader”, con Ewan McGregor.

 

10. Un premio al playback

 

¿Se acuerdan de Milli Vanilli? Este dueto pop conformado por Fabrice Morvan y Rob Pilatus, allá por 1988 en Alemania. Ellos se llevaron el Premio Grammy 1990, en la categoría de Artista revelación del año. Sin embargo, meses después, el productor del dúo afirmó que Morvan y Pilatus no cantaban los temas, sino que sólo hacían playback y la imagen de los discos.

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