El 3 de febrero del 2023, Robert Prevost pidió a las autoridades responder mejor a los reclamos legítimos de los peruanos con el fin de promover el bien y la justicia. Además, el Papa León XIV instó a los ciudadanos a la reconciliación por medio del perdón.
Afloran los recuerdos. Robert Prevost, el nuevo Papa León XIV, vivió 40 de sus 69 años en el Perú, precisamente en la ciudad de Chiclayo, Lambayeque, en el que se desempeñó como obispo de la Diócesis de la localidad. Antes de despedirse del país, brindó una entrevista a los medios de comunicación en el que pidió a las autoridades políticas a respetar, escuchar mejor y responder de manera adecuada a los reclamos de los ciudadanos.
El 3 de febrero del 2023, el sumo pontífice se marchó del Perú hacia su país natal, Estados Unidos, brindándole la bendición a los fieles, a los que también les solicitó, con amor y amabilidad, dejar de lado el odio y la violencia.
«Hay reclamos que son legítimos, que son válidos y creo que las autoridades políticas deben aprender a escuchar mejor, a cómo responder mejor, a tratar de promover el bien, la justicia igual para todos y, a través de un auténtico compromiso de trabajar unidos, podemos solucionar muchos problemas. Es importante que dejemos de lado el odio y la violencia. Que Dios Todopoderoso, que es amor, envíe su bendición a todos ustedes», dijo el sumo pontífice.
Por otro lado, el Papa León XIV recordó los lamentables momentos que han ocurrido en el país y que, lastimosamente, dejaron una imagen de odio y discriminación entre los peruanos. Es por ello, que Robert Prevost resaltó lo bueno que hay en los departamentos del Perú, como el amor, el cariño y, en el que siempre, ha prevalecido la paz.
«Todos somos hermanos y hermanas, el pueblo peruano siempre ha representado un amor grande por la paz y libertad por el bien de todos. Lamentablemente, ha habido muchos mensajes de discriminación y odio que han hecho mucho daño y yo creo que debemos volver a respetarnos unos a otros, cada ser humano ha sido creado en imagen y semejanza de Dios, hay que respetarnos entre todos», enfatizó con tristeza al recordar los actos de odio en diversas partes del Perú.
En otro instante de la entrevista, el máximo representante de la Iglesia católica instó a los peruanos a acercarse a Jesucristo y, con mucha fe, esperó que suceda un milagro para que todos los ciudadanos puedan trabajar juntos de la mano, pero sobre todo, llegar a la reconciliación por medio del perdón.
«Vamos a pedir a la cruz de Jesucristo, Cristo que murió por nosotros, pedir la paz y reconciliación, quizás necesitamos otro milagro de la santísima cruz, vamos a buscar, trabajar unidos y orar con mucha fe, pidiendo a Dios que nos abra el camino para llegar a la reconciliación», clamó.
Mientras tanto, previo a su partido, el sumo pontífice destacó la comida de la ciudad de Lambayeque y confesó que le costará dejar el Perú, tras haber vivido más de 40 años en tierras chiclayanas.
«La comida es muy agradable, todo lo que esta realidad es positiva aquí en Chiclayo. El ceviche, el cabrito, el seco, hay tantas cosas. Yo vine al Perú en 1985, ya son 38 años que estoy acompañando, viviendo con alegría y orgullo, de sentirme muy identificado con el pueblo peruano», recordó con mucha alegría el sumo pontífice.
Luego de ello, rememoró su paso por la ciudad de la amistad: «Estoy en Chiclayo hace 8 años y me va a costar salir de aquí, dejar a personas, comunidades, la Iglesia que está viviendo esta alegría de seguir a Jesucristo. Buscaré siempre estar enterado de vivir este servicio de amor que he desarrollado durante este tiempo y seguir como misionero, que es como Dios me manda».